sábado, 19 de noviembre de 2016

Contradicciones aparentes


Tenemos dos conceptos claros a lo que adelgazar se refiere:
- Si comemos más de lo que gastamos, aumentamos peso
- Si comemos mal (picoteamos grasas, azúcares, alcohol) también
 Y ahora viene lo que parece una contradicción
- Para adelgazar no hay que ayunar, hay que comer bien



Y aquí van unos ejemplos recién sacados de mi consulta:
            “Si como más, cojo peso, pues voy a comer menos y como me levanto sin hambre… pues me ahorro el desayuno”
            “A media mañana no tengo hambre, no hace falta que coma… pero al medio día lo paso un poco peor y con una ensalada completa lo paso fatal… pero seguro que el esfuerzo recompensa”
            “Al medio día aguanto con lo que sea delante del ordenador, no me importa comer poco, estoy distraida con el trabajo… pero antes de cenar me pongo a picar”
            “Sólo ceno fruta o un yogur”
            “Y haciendo todo este esfuerzo no consigo bajar nada, ¡con el hambre que paso!”
            “Para lo que como, debería estar más delgada”

…y así todos los días, en cualquiera de mis consultas.
Y sí, se han puesto de moda algunos regímenes que se basan en el ayuno, durante un día, una semana, pero sin embargo, si no se realizan correctamente, presentan el efecto contrario del objetivo que perseguimos.
 ¿Por qué no debe saltarse el desayuno?
Por la noche (salvo turnos de trabajo nocturnos) ayunamos obligatoriamente. Por tanto el desayuno nos da la energía que necesitamos para comenzar el día.
”Pero es que por la mañana no me entra nada”
No es necesario que sea nada mas levantarnos, puede ser tranquilamente una hora o dos después, cuando el estomago esté mas asentado.
Si nos lo saltamos, es probable que tengamos más sensación de hambre al final de la mañana.
“tengo que picar algo, no aguanto hasta el medio día”
“A la comida llego con muchísima hambre, y necesito comer cantidad para saciarme”
Así es más fácil coger peso, y por supuesto no bajarlo
Además cuando llega la hora de la comida el cuerpo estará carente de energía y almacenará todo lo que recibe, aunque sea poco.
Para controlar el peso, los estudios muestran que es mejor hacer cuatro o cinco comidas al día.
- Lo mejor es no dejar pasar mucho tiempo entre las comidas y hacer 5  al día. Así evitamos que aparezca la necesidad de picar, ansiedad, hambre repentina, fatiga, falta de vitalidad…  
Si dejamos pasar mucho tiempo entre una comida y otra el cuerpo almacenará la totalidad de la comida siguiente
- Mejora la  tolerancia  a la glucosa y reduce el colesterol plasmático. ¿Esto que significa?
Con el fraccionamiento de las comidas entran en juego los factores hormonales: se logra una secreción de insulina más secuencial, y por tanto una concentración en sangre mas regular y constante.
Si nos saltamos comidas provocamos altibajos en la secreción de insulina. Si las cifras  son altas en determinados momentos  pueden  provocar hipoglucemias, que aunque sean  moderadas comportan un gran incremento del apetito.
“tengo necesidad de comer dulce” “de repente tengo un hambre atroz”
Además con una correcta distribución de las comidas se favorece la acción de la lipogenesis.
- En cuanto a la cena, si bien puede ser útil aligerarla para evitar digestiones pesadas no hay que suprimirlas ni reducirlas en exceso. Las células siguen activas. Podemos provocar también picos de apetito que nos impidan dormir o nos hagan desayunar en exceso
- Hay estudios que muestran que si la ración calórica necesaria para una persona dada se consume en una sola comida al día, esta persona tiene tendencia a ganar peso, mientras que esta misma ración calórica, ingerida en cuatro o cinco comidas al día, permite mantener un peso estable.
- No hay que olvidarse del efecto termogénico de los alimentos: el mero hecho de comer gasta calorías a causa de la digestión y la asimilación de los mismos.
El gasto energético inducido por los procesos metabólicos es mucho más complejo en las reacciones del medio interno que afectan a las proteínas
- Además, si nos saltamos de manera drástica y regular alguna de las comidas, podríamos disminuir el aporte calórico global del día, el organismo se acabaría adaptando. Disminuiría el gasto necesario para las funciones vitales, (respiración, los latidos cardíacos, la renovación celular…) Y si gastamos menos, tenemos menos necesidades, razón por la cual aumentamos de nuevo de peso cuando volvemos a una alimentación «normal». (En esto está basado el temido efecto YO –YO)
En conclusión, parece extraño,  pero… saltarse una comida hace engordar.
- Es muy importante equilibrio alimentario, que es la mejor garantía de buena salud y de adelgazamiento duradero.
- Por otra parte, más vale adelgazar con una alimentación natural, variada y ordenada. De esta forma, evitamos la sensación de hambre, de frustración, pero también una disminución del metabolismo que el organismo provoca para ahorrar energía.

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