Estamos en una
época del año en que empezamos la rutina después de las vacaciones de verano y
seguro que has hecho lista de buenos propósitos.
Pero no basta sólo con proponerlos. Necesitas
convertirlos en acción, y para eso necesitas que estos propósitos sean
factibles, e ir dando pequeños pasitos.
Lo más seguro es que el propósito de hacer dieta
esté en tu lista de rutinas a seguir. Lo que no es tan seguro es que tu mente,
dentro de tu subconsciente, empiezan a fabricarse excusas de todo tipo, y de
las más inverosímiles para posponer obligaciones y de esta manera, no tener
remordimientos.
Así que, seguro que tienes alguna de estas excusas
preparadas.
¡No me las digas!!! Aquí tienes mi top ten:
EXCUSA NÚMERO 1: No es el mejor momento
Esta semana no, que tengo un cumpleaños, o mucho
trabajo, o después de vacaciones…
¿A que te suenan?
Pues cada temporada del año tiene lo suyo.
Que si la Navidad, las calçotadas, Semana Santa, el
veranito…
¡No existe el momento perfecto!! ¡Así que como no
existe, no esperes por él!! ¡Elige el momento y hazlo perfecto!!!
Todas estas excusas terminan con un "mañana empiezo", y ese mañana
nunca llega porque siempre hay algo más importante, y, seamos sinceros, más
cómodo porque no tienes que salir de tu zona de confort. Este continuo
aplazamiento te va frustrando y, lo que es peor, va disminuyendo tu salud.
Este
es tu momento y no hay mejor lugar que donde estás ahora, así que
decídete, líate la manta a la cabeza y ¡a por todas!
EXCUSA NÚMERO 2: No tengo tiempo
Lo
se. Necesitas tiempo para planificar las compras, hacer ejercicio, dejar
organizadas las comidas, preparar las del día siguiente para llevarte al
trabajo...
¡Tienes
razón: Necesitas tiempo!!!
Pero,
todos tenemos las mismas 24h del día. ¡Plantéate porque algunos pueden con todo
y otros no!
¿Verdad
que en el supermercado tardas lo mismo en comprar unas verduras que bollería
industrial?
¿No
es verdad que el carnicero tarda lo mismo en despacharte pidas unas costillas
de cerdo o unas pechugas de pavo?
Es nuestro cerebro quien nos quiere engañar con aquello de que tenemos prisa y es mucho más rápido el preparar un bocadillo que una ensalada completa, por ejemplo.
¡Venga!
Vamos a priorizar en que queremos emplear nuestras 24 horas de nuestro día.
Vamos a hacer una lista de las actividades que nos roban tiempo y, además, no
nos ofrecen ningún beneficio.
EXCUSA NÚMERO 3: Las dietas no me funcionan
¿De
qué dietas me hablas?
¿De
las de choque que sólo puedes tomar un alimento?
¿De
las milagro que son totalmente creíbles porque vemos a aquella modelo retocada
con photoshop?
¿A
la fotocopia que te pasó la vecina porque a ella le había ido de fábula?
¿Al
libro con la dieta de moda?
¿A
la que sólo puedes comer barritas y batidos a un precio de oro?
¿Qué
tal si aprendes cómo comer bien? Que no sólo te ayudará a bajar de peso si no,
lo que creo que es más difícil. Como hacerlo bien para mantenerlo.
EXCUSA NÚMERO 4: Una dieta supone demasiado
sacrificio
Tienes razón. Ya bastantes problemas pone la vida
como para amargártela con restricciones.
Si llevas al menos 3 semanas en mi consulta, ya
sabes que comer saludablemente no tiene por qué ser aburrido. A partir de la
tercera semana, vas a empezar a comer todo tipo de platos que no van a
desmerecer para nada lo que hayas dejado de lado.
Y
como ves, hablo de 3 semanas puesto que las primeras no son un camino de rosas,
ya que tienes que desengancharte de azúcares y grasas, pero te aseguro que sólo
son 3 semanas. Después no vas a echar nada de menos.
Además,
para ello utilizamos la auriculoterapia. ¡Para que ese subconsciente no intente
engañarte con falsos deseos de azúcar!!
EXCUSA NÚMERO 5: Yo soy así. Y como yo, la mayoría
Si,
¡y mal de muchos, consuelo de tontos!
¿No
te parece tonto el hecho de no cuidarte porque te encuentras a gusto tal y como
estás, porque miras a tu alrededor y hay gente que está peor que tu?
EXCUSA NÚMERO 6: Hacer dieta es caro
Si. Es caro. Es más barato comprar pasta o arroz
que verdura, pescado o fruta.
Por eso siempre recomiendo comprar productos de
temporada y congelarlos para tirar de ellos más tarde.
Y aquí vuelve a influir tu subconsciente: ¿Alguna
vez te has parado a comparar el precio del producto de bollería de moda con un
bocadillo de jamón York?
¿O has comparado el precio de ese zumo que promete
contener las cantidades diarias necesarias de fruta y verdura (y unas
cantidades innecesarias de aditivos, conservantes, colorantes, potenciadores de
sabor, azúcares, antioxidantes…) con el precio de fruta de temporada? ¿Te has
parado a pensar qué sale más barato?
No
te olvides que estamos frente a una sociedad consumista y que constantemente te
está incitando a gastar el dinero en consumir más productos basura y de alto precio
económico.
¿Qué
tal un cambio?
EXCUSA
NÚMERO 7: No puedo tener vida social
Si, en España somos así, todo se celebra comiendo.
¡Pero te aseguro que si me avisas con antelación,
te preparo una dieta adaptada a esa cena extra, a esa calçotada, a esa
barbacoa, esa boda, ese cumpleaños, o esa excursión!!
¡Nunca se me ocurriría privarte de ese extra!!
¿Como vas a renunciar a salir sólo porque estás a dieta? ¡En cada una de las
situaciones que comporta hacer una comida o una cena extra, existe una
alternativa, un truco, una solución para poder seguir con tus hábitos, y que te
sigas divirtiendo!
EXCUSA
NÚMERO 8: Mi metabolismo es lento. Yo no quemo
Es
cierto que algunas personas consumen más energía que otras y por eso pueden
quemar más calorías.
Pero
también es cierto que puedes acelerar tu metabolismo, y en la consulta te voy a
ir explicando cómo hacerlo. ¡Ya verás que sencillo te parece!
EXCUSA NÚMERO 9: Mi hambre viene provocada por la
ansiedad
Y
es algo tan cierto que me atrevo a decir que el 90% de problemas de obesidad en
mi consulta tienen un origen emocional.
Nuestro subconsciente busca refugio en la comida
cuando estamos tristes, aburridos, ansiosos, estresados, enfadados…
Así tu subconsciente se siente recompensado. Te
sientes momentáneamente mejor, y de repente te acuerdas de la báscula, y te
sientes mal, y te sientes culpable, y te pones más nerviosa/o aún.
¿Qué haces ahora? Pues comer otra vez y saciar esa
sensación tan horrible que es sentirse mal con nosotros mismos.
Y es así como hacemos que nuestro pez se muerda la
cola.
Bien pues, como es tan común, utilizo la auriculoterapia para calmar esa
ansiedad y ayudarte así a llevar a cabo tu dieta correctamente.
Cuando es aburrimiento lo que ataca a nuestro
subconsciente, aquel momento de la tarde en que ya has acabado con tus
obligaciones, es el momento de tomar un relajante baño, un paseo, jugar con los
niños, ayudarles a hacer los deberes… todo ello con una taza de té o infusión
en mano!
¿A que es fácil?
EXCUSA NÚMERO 10: No tengo apoyo
Con
lo difícil que es cambiar de hábitos y no todos tenemos la suerte de tener una
pareja, un amigo o un familiar que nos acompañe en la dieta.
Mi
gran parte de trabajo es ser una parte de ese apoyo tan necesario semana a
semana. Me encanta ver como avanzáis, y no sólo eso. Me encanta ver como cada
semana os animáis y os atrevéis a hacer nuevas cosas en vuestra vida. Como os
apuntáis a esas clases de baile de salón, a compráros ese vestido de una talla
menos, como os vais queriendo como os merecéis, o como os valoráis.
Esto
es lo que más me gusta de mi trabajo. Veros evolucionar emocionalmente. No os
podéis imaginar lo gratificante que es para mí que consigáis vuestros objetivos.
Conseguirlo
va mucho más allá que una simple pérdida de peso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario